domingo, 4 de julio de 2010

Agosto

Agosto

Hoy, en el primer aniversario de mi muerte, evoco con nostalgia algunos recuerdos del pasado, de lo que fue, que no es, lo que debió haber sido, en cualquier momento, en agosto.

Es una fecha cualquiera, no es más que una vaga referencia, y aun así, es agosto, aún recuerdo esta fecha vacía, de una excusa, una asignación al azar, una razón para esperar o para evitar llegar a desesperarse, era solo cuestión de tiempo, tiempo que debía pasar, tiempo que insistí en esperar.

Pero es agosto, y mi mente se nubla de recuerdos, distorsionando mi realidad, y aunque son solo vagos recuerdos, insisto en recordar, en soñar y en desear, lo que no fue, lo que no será.
Podría ser abril, o un noviembre quizás, pero en agosto, se incrementa mi alegría, y tristeza fugaz, una fecha que no significa nada, pero a la vez se compromete en el pensamiento, por lo que fue, por lo que no será.

Estoy pues encerrado en agosto, sin querer ningún plan aplazar, cual estrella que empieza a apagarse, como un río que se pierde en el mar, ya el pasado ha pasado y la vida sigue avanzando, extrañamente por el mismo rumbo, dirigiéndose al mismo lugar.

Este es mi agosto, mi tormento, mi desilusión, el resultado de una decisión pasajera, los rastros de un plan fracasado, la confirmación de un fracaso más, que como muchos otros, durará hasta que se me pase, pero que nunca habré de olvidar.

Todo en este momento, todo en agosto, todo, hasta el final, más esperado que anunciado, mas deseado que realizado, sufre pues, este agosto, confía y espera, que dentro de un año, ya no duela más.

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