Sentí la suave caricia
del pétalo de una flor,
bella flor primorosa
que con su aroma me atrapó.
la dejé rozar mi rostro
y entonces la besé,
ella me besó también,
y con temor la acaricié.
Bella y dulce flor que pronto,
sin dudar se marchitó,
pétalo por pétalo,
sólo su tallo me quedó,
Recuerdo de un voluble amor
barato y pasajero
nacido en tu locura
exquisita e ingrata flor.